Mons. Frassia bendijo la capilla Beato Oscar Romero en la Isla Maciel
El prelado recordó que “el perdón siempre debe hacerse con justicia ¡nunca sin justicia!” y diferenció: “Una cosa es el perdón desde adentro -que es un don de Dios- y otra cosa es quitar la justicia”.
“Se dice que ‘una justicia sin misericordia es una crueldad y una misericordia sin justicia es una disolución’ ¡son muy importantes estas dos realidades! Pero no hay que tener miedo porque Cristo perdona a todos”, sostuvo.
Tras afirmar que se venera al beato Oscar Romero porque, como tanta otra gente, “ha seguido a Cristo”, instó a todos los cristianos a dar ese compromiso “aprendiendo a vivir en esa escucha atenta y en esa fidelidad de respuesta; como decía monseñor (Enrique) Angelelli: ‘con un oído en el pueblo y otro en el Evangelio’”.
“Siempre tenemos que escuchar y recordar que a los pobres no se los puede tratar ‘en serie’; cada uno es una originalidad propia, cada uno es una persona y un misterio. ¡Qué importante es aprender a amar al pobre, en sus distintas realidades y circunstancias!”, aseveró.
Monseñor Frassia invitó a pedirle al Señor, a través de este “ejemplo sublime, superior, de monseñor Romero -como decía muy bien el papa Francisco ‘nadie elige el martirio, te lo da, te lo ofrece y vos fuiste llevándolo y asumiéndolo’- que cada uno de nosotros tiene que ir viviendo testimonialmente en la vida”.
“Quiero pedirle hoy a Dios, a través de Jesucristo y de monseñor Romero, que nos de la capacidad de descubrimiento del Evangelio, de la Iglesia --que no son los hombres, la Iglesia es el misterio de Cristo, habrá hombres hijos de la Iglesia que se pueden equivocar o se equivocan fiero, también quizás nosotros nos podemos equivocar fieramente—pero sí tener amor a la Iglesia, amor a Cristo, amor al Evangelio y amor a los pobres, nuestros hermanos”, agregó.
“Que el beato monseñor Romero nos entusiasme ¿saben para qué?, para seguir creciendo, para seguir amando y para seguir dando testimonio con la propia vida. Las cosas duelen pero hay que ‘hacerlas carne’, hay que interiorizarlas, llevarlas al corazón, iluminarlas con la inteligencia y poner toda la vida, la voluntad, para que podamos seguir amando a nuestros hermanos, en especial los más pobres. Que el beato monseñor Romero nos ayude a dar testimonio de nuestra vida, con la fe que tenemos que vivir”, concluyó.+
Texto completo de la homilía
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