Cancún 2017: Consideraciones de la Santa Sede para la prevención de los desastres naturales
La Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastres, establecida en 2006 y reconocida por las Naciones Unidas, es el foro principal a nivel mundial para el asesoramiento estratégico, la coordinación, el desarrollo de asociaciones y la revisión de los avances en la implementación de instrumentos internacionales para la reducción del riesgo de desastres.
En su carta el cardenal Parolin afirmó que en la búsqueda de la reducción de los devastadores efectos de los desastres no basta con realizar valoraciones técnicas o teóricas, sino que hay que ir a lo concreto.
“Cuando tomamos en consideración el futuro de la humanidad –indica el Secretario de Estado en su carta–, no podemos limitarnos a áreas específicas técnicas o sectoriales: estamos hablando de valores, de responsabilidad, de solidaridad compartida para la causa del bien de toda la familia humana”.
Frente a este desafío, “quisiera subrayar tres aspectos en particular”:
El primer aspecto es “el relativo a la necesidad de reforzar las actividades de prevención, educación y formación para reducir las pérdidas humanas, materiales y económicas causadas por los desastres naturales”, indicó.
El purpurado subrayó que “desarrollar la concienciación de los riesgos derivados de los peligros naturales exige favorecer una verdadera y específica toma de conciencia en la confrontación de dichos riesgos y las diferentes posibilidades de la prevención”.
Según argumentó el cardenal Parolin, esto incidiría también en una mejor gestión de la actividad humana en muchos campos, como la gestión del agua, “valioso recurso que es también una de las principales causas de los desastres naturales”.
En este sentido, exhortó a cultivar “una verdadera y propia cultura de la reducción de desastres naturales” que pueda reducir notablemente el número de vidas perdidas. Esa cultura tendrá efectos positivos “en la lucha contra la pobreza y el cambio climático, y del reconocimiento de la dignidad humana y de la centralidad del ser humano”.
El segundo aspecto citado por el cardenal Parolin es el de “la importancia de que dichos procesos de concienciación den una particular atención a las poblaciones más vulnerables”.
Con frecuencia, “son los más pobres las principales víctimas de los desastres naturales, que desestabilizan las economías y las sociedades más frágiles y golpean los hábitats y los ambientes precarios”.
Además, destacó que, tras un desastre por causas naturales, “se exige no solo asistencia material, sino también humana y espiritual. Tras los daños derivados de los desastres naturales, hay que considerar también las ‘heridas interiores’”.
“En tal situación, es necesario reconstruir las condiciones de vida dignas para aquellos que han sido golpeados por el desastre”.
El tercer aspecto afecta a “la concientización de que las víctimas y las poblaciones más vulnerables desempeñan un papel esencial en los mismos procesos de prevención, reacción y reconstrucción”.
“Ellos son los más interesados en la planificación a largo plazo de cara a los riesgos de los desastres naturales. La capacidad de movilización de las comunidades locales no debe ser nunca minusvalorada en situaciones de catástrofe. En este marco, las tradiciones religiosas y culturales son muy importantes”.
Finalmente, el Secretario de Estado Vaticano expresó, en nombre del Papa Francisco, su deseo de que “los trabajos de la Plataforma Global sean pródigos, fructíferos y capaces de lograr que la resiliencia vaya pareja al desarrollo de una real, responsable y fraternal colaboración fundamentada en el bien común”.
“En esta prospectiva, la Santa Sede siempre está dispuesta a ofrecer su propia contribución”, concluyó.+
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