Los obispos argentinos repudiaron la corrupción y llamaron a trabajar por el bien de la Patria
Catamarca
A los pies de la Virgen de la Merced, Generala del Ejército, el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, celebró el tedeum. Su homilía estuvo dedicada a reflexionar sobre la convivencia social y política basada en las relaciones comunitarias en responsabilidad personal y compromiso social.
La celebración tuvo lugar en el templo de Nuestra Señora de la Merced, y fue concelebrada por el párroco, presbítero Pablo Batallán, y el presbítero Eduardo López Márquez. Participaron autoridades municipales, encabezadas por el intendente, ingeniero Gustavo Jalile, y de las fuerzas de seguridad, directivos, docentes, abanderados y escoltas de las escuelas y vecinos.
En su mensaje, monseñor Urbanc recordó que, “a 207 años de aquella grandiosa y comprometedora decisión, los argentinos somos llamados hoy a redoblar nuestros esfuerzos para pasar de meros habitantes que pueblan la Nación a ciudadanos que construyen el presente sobre el sólido fundamento de la historia, de la responsabilidad y del compromiso, para abrir caminos hacia un mañana cada vez más luminoso, más lleno de humanidad, de respeto y de fraternidad”.
En este año electoral, monseñor Urbanc llamó a “que la contienda política no nos lleve a ver como enemigos a quienes, por amistad social, debiéramos estimar como hermanos y amigos por cuyo bien bregamos, nos sacrificamos y luchamos, aunque no siempre coincidan ni nuestras perspectivas ni nuestros proyectos”.
La libertad de nuestra Patria debe ser “regada con el sudor que corre por el cuerpo de argentinos que cumplen con perseverancia sus deberes de cada jornada para posibilitar el crecimiento de una sociedad de hombres libres y buenos que marchan con paso seguro hacia el bien común a la luz de la subsidiaridad, la participación y la solidaridad”, consideró el obispo. (» Texto completo de la homilía)
Mar del Plata
En la catedral de los Santos Pedro y Cecilia, de Mar del Plata, el obispo, monseñor Antonio Marino, presidió el tedeum en acción de gracias por los 207 años de la gesta histórica de Mayo. Participaron de la celebración el intendente de General Pueyrredón, doctor Carlos Fernando Arroyo y el presbítero Gabriel Mestre, vicario de la diócesis y párroco del templo mayor de la ciudad, junto con los sacerdotes vicarios del lugar.
“A 207 años de aquel 25 de mayo de 1810, día en que la Primera Junta se constituía como el primer gobierno patrio, nos reunimos en el ámbito de esta de Catedral de Mar de Pata para pedir a Dios, el don de sus bendiciones sobre nuestra nación y nuestra ciudad, sobre sus autoridades y todo el pueblo argentino”, expresó monseñor Marino.
Los ciudadanos deben cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad, agregó el obispo. “Debe existir una base común de valores profundos reconocidos y aceptados por todos, como la sensibilidad hacia los más desprotegidos, el respeto irrestricto a la vida, la capacidad de diálogo, la primación del bien común sobre el interés particular, el cuidado de la creación, la custodia del orden puesto por Dios en la naturaleza de las cosas, la voluntad de reconciliación”, exhortó.
Finalmente, monseñor Marino llamó a pedir perdón, experimentar el perdón y perdonar, porque “si todo es diferencia y confrontación, el tejido social se despedaza y reinan la crispación permanente y el deseo de venganza”. (» Texto completo de la invocación religiosa)
Nueve de Julio
En acción de gracias por un nuevo aniversario del surgimiento del Estado argentino, monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo de Nueve de Julio, encabezó la celebración del tedeum en la catedral Santo Domingo.
En su homilía, el obispo se refirió a la corrupción como “una de las raíces más profundas de nuestros males” convocó a los cristianos a un pacto ciudadano para erradicarla.
Entre las consecuencias de la corrupción, el prelado hizo referencia a las inundaciones, que “no se trata simplemente de una catástrofe natural sino que mucho tiene que ver con la incapacidad y la negligencia de aquellos que deberían haber previsto y ejecutado las obras necesarias para solucionarlas”. También mencionó el flagelo del alcohol y las drogas, que crece exponencialmente entre adolescentes y jóvenes: “mucho tiene que ver la omisión o convivencia de distintos factores de poder de diferente nivel con la acción criminal de los narcotraficantes y espurios intereses económicos”.
Sin embargo aseguró que “no todo está perdido” y que hoy el pueblo argentino cuenta con enormes fortalezas para enfrentar estos desafíos”. Por eso convocó a sumarse y comprometerse “sin titubear ni un momento” en un pacto ciudadano. Y estimuló a los creyentes a guiar sus actos a través de tres virtudes fundamentales: la magnanimidad, el coraje y la esperanza, “la grandeza de espíritu y generosidad para superar las mezquindades; la valentía para animarse a cortar con la perversidad de la mentira, de la ventaja y del aprovechamiento”, y una profunda fe, concluyó. (» Texto completo de la homilía)
Quilmes
Con presencia de numerosas autoridades políticas, militares y policiales, representantes de instituciones y asociaciones, establecimientos educativos y miembros de la prensa, el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, presidió el tedeum en la catedral Inmaculada Concepción.
En su homilía, monseñor Tissera recordó con memoria agradecida a “tantas hermanas y hermanos que nos han precedido, que gastaron su vida para que nosotros hoy gocemos de ser argentinos, hijos de esta Patria”.
“Hoy nosotros alabamos a Dios en este tedeum, por haber hecho nacer este ‘Sol del 25’ en el corazón de quienes confiaron en el don de la libertad”, y porque nos sigue acompañando, “inspirando todo lo bueno y bello que podamos hacer para construir la nación que soñaron nuestros mayores”.
A su vez, el obispo pidió tener un corazón humilde, los pies en la tierra, la capacidad de escuchar, y “la sabiduría de quienes cargan con la cruz del sufrimiento de la injusticia, de las condiciones de vida con que se enfrentan al levantarse todas las mañanas para sacrificarse por sus seres queridos. La sabiduría de los que llevan la cruz de la enfermedad, de sus dolores y de sus pérdidas, poniéndole el hombro como Cristo”.
Para finalizar, el obispo agradeció a Dios por los padres de la Patria, que supieron escuchar los anhelos de justicia y libertad que estaban en el corazón de los humilides, y por todos aquellos “que cada día se ponen la patria al hombro, dando lo mejor de sí, poniendo sus capacidades y cualidades al servicio de los demás”, y pidió perdón por la desigualdad, “la madre de todos los males sociales”. (» Texto completo de la homilía)
Río Gallegos
En un nuevo aniversario de la Revolución Patria, monseñor Miguel Ángel D’Annibale, obispo de Río Gallegos, presidió la celebración del tedeum. En su homilía, destacó la importancia del diálogo, la verdad y la opción por los pobres.
El obispo destacó el mensaje del Evangelio: “El que quiera ser el primero que se haga el servidor de todos”, y aseguró que a quien se le ha asignado la tarea de gobernar “se le ha asignado una altísima vocación”, ya que “gobernar es una de las formas más preciosas de la caridad, del amor, del servicio, porque es buscar el bien común”.
“¿Cómo ejercer hoy y en este contexto que nos toca vivir esta forma preciosa de la caridad que es gobernar?”, planteó monseñor D’Annibale, y sugirió tres opciones imprescindibles: abrirse siempre al diálogo, buscar con pasión la verdad y hacer una clara y sostenida opción por los más pobres.
Para finalizar, animó a los gobernantes a acudir a Dios para que inspire sus planes, porque “una verdadera y sincera apertura a Dios, a Jesucristo Resucitado, puede formar una nueva mentalidad política y económica que ayudará eficazmente a construir una verdadera patria de hermanos como la soñaron nuestros próceres en el Primer gobierno patrio”. (» Texto completo de la homilía)
San Isidro
El obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Martín Fassi, envió un mensaje con motivo de la conmemoración del primer gobierno patrio, que se celebra este 25 de Mayo.
El obispo recordó que el 25 de Mayo “celebramos uno de los hitos en los que como pueblo comenzamos un proceso de búsqueda de emancipación y de construcción de la Nación”, y citó la oración por la Patria y su deseo de “ser Nación, una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común”.
“En esta pasión necesitamos siempre encontrarnos, porque la Nación es un bien que hemos recibido de nuestros mayores, pero también siempre será un proceso a construir”, expresó el prelado, y aseguró que “esta construcción se hace a través del encuentro, del diálogo, de todos aquellos valores que nos van llevando a la convivencia de paz”.
Monseñor Fassi sostuvo que estos valores de la patria se van construyendo “a través de la memoria, de la verdad, de la justicia”, y son valores “que nos ayudan a encontrarnos”. Consideró importante también “tener en cuenta hacia dónde queremos ir en esa búsqueda apasionada de la verdad”.
Para finalizar, reforzó la idea de Francisco: “La solidaridad, entendida en su sentido más hondo y desafiante, se convierte así en un modo de hacer la historia, en un ámbito viviente donde los conflictos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzar una unidad pluriforme que engendra nueva vida”. El resultado no es sincretismo ni absorción de uno en el otro, sino la resolución del conflicto en un plano superior, conservando las virtualidades valiosas de ambos, concluyó.
San Rafael
El obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig, presidió el tedeum en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, de la Villa 25 de Mayo. En su homilía, el obispo recordó la amorosa y extendida acción de la Madre de Dios y nuestra en la historia de la Patria y propuso, escuchando y respondiendo al llamado de Fátima, unirnos a la campaña por el rezo de un millón de rosarios por la paz en el mundo, en nuestra Patria y en cada familia.
Ante la presencia de las autoridades provinciales y locales, y los vecinos del departamento de San Rafael, el obispo llamó a "acudir a la Virgen, ofreciéndole nuestras necesidades materiales y espirituales acuciantes.
Acudir a ella en busca de verdad y justicia, y más aún, paz y reconciliación de los corazones, para sanar las heridas de nuestro pasado reciente; trabajo y dignidad para cuantos quedan excluidos por el mercado que condena a la pobreza a un treinta por ciento de los argentinos; honestidad y veracidad, cuando tanto agobian y desaniman los escándalos de corrupción y de mentiras; pan y remedios para aquellos que sufren hambre y enfermedad; educación responsable, seria y comprometida con el bien de los alumnos; seguridad y protección ante el flagelo de la droga; defensa, también, ante el juego en los casinos que genera ludopatía y destruye las familias; ante la angustia y la falta de sentido de la vida; la soledad de los ancianos y de los jóvenes o de los niños, tan interconectados en el universo virtual pero tan solos y carentes de afecto, de escucha y de genuino amor y amistad", detalló el prelado. (» Texto completo de la homilía)
Santiago del Estero
Los festejos en Santiago del Estero fueron presididos por el obispo, monseñor Vicente Bokalic CM, en la catedral basílica Nuestra Señora del Carmen. En su homilía, el obispo se detuvo en la enseñanza de Jesús: “El que quiera ser grande que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del Hombre, que no vino para ser servido sino para servir".
El poder “sólo tiene sentido si está al servicio del bien común y cuando se emprende el camino del servicio renace en nosotros la confianza, se enciende el deseo de heroísmo, se descubre la propia grandeza”, afirmó monseñor Bokalic, y destacó el ejemplo de los padres de la Patria, que postergaron sus aspiraciones personales a favor de un bien superior, arriesgando sus vidas y sus bienes: “Estos patriotas supieron escuchar el clamor silencioso del pueblo, que anhelaba una vida más digna, más igualitaria”, señaló.
El prelado advirtió también que “es deber de las autoridades en todos sus niveles estar atentos a la voz y a las necesidades de la gente”, porque cuando se pierde ese sentido de autoridad es fácil caer en otros móviles y tentaciones del poder, que ahondan diferencias en vez de construir puentes, y dispersan fuerzas necesarias para la búsqueda de soluciones a problemas graves y complejos, que exigen la participación de muchos.
El obispo se refirió también a la desigualdad social, y consideró que nuestra patria y la provincia de Santiago del Estero se encuentran heridas por la pobreza y la indigencia, y reclamó oportunidades para todos, trabajo digno y justamente remunerado, integración de los que están más postergados y viven en las periferias, un trato igualitario ante la ley, una justicia imparcial y más ágil para resolver conflictos y delitos.
La desesperanza y el sacrificio vano de los jóvenes los hacen buscar paraísos que los llevan a la aniquilación y generan agresividad y violencia, afirmó el obispo. En estos tiempos, aseguró, se debe “redoblar la entrega y el esfuerzo ético de una dirigencia que no tiene derecho a exigir más a los de abajo si el sacrificio no baja desde arriba”, enfatizó, e insistió: ‘El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes’, porque el verdadero poder es el servicio. (» Texto completo de la homilía) +
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