Mons. Zecca llamó “a la unidad y a recuperar nuestros valores más profundos”
En la homilía, el arzobispo recordó que “la Argentina brilló en el concierto de las naciones y llegó a estar entre las primeras potencias mundiales por su incremento poblacional y su desenvolvimiento económico, social y cultural”, y preguntó: “¿Qué nos está pasando ahora?”.
“Nuestra Patria está habitada por una inmensa mayoría de católicos que se profesan tales pero que no siempre viven de acuerdo a lo que confiesan”, aseveró y manifestó: “Debe ser el compromiso de todos una eficaz contribución al afianzamiento de los valores republicanos, del diálogo, de la equidad en la participación de las riquezas fruto del trabajo y, finalmente, del afianzamiento de la amistad social y de la paz que sólo pueden ser fruto de la justicia”.
“Estamos acostumbrados a echarle la culpa de los fracasos nacionales a la dirigencia política. No digo que no compartan esa culpa, pero también los ciudadanos debemos preguntarnos qué nos toca. Está claro que nos toca poner el hombro en las crisis, y eso lo hemos hecho y lo seguimos haciendo”, expresó el prelado.
“Sin embargo, hay mucho más que podemos hacer”, declaró y continuó: “El interés por la cosa pública debería llevarnos a mucho más que protestas y reclamos, que, ciertamente, deben estar cuando existan razones relevantes para efectuarlos, pero no cuando responden a cuestiones meramente ideológicas y de política mal entendida. Porque la política bien entendida trasciende por mucho las luchas partidarias: no importa quién gobierne, la Argentina sigue siendo un proyecto común”.
“Y esta es la pregunta que quiero que nos llevemos para reflexionar hoy: ¿Queremos hacer algo juntos? ¿Qué queremos hacer?”, interrogó monseñor Zecca. “¿Cómo queremos que sean las generaciones que nos sigan?”, agregó. “Debemos pensar seriamente en nuestro presente pero, sobre todo, en nuestro futuro, en concreto, en nuestros hijos y nietos”.
“Me parece que lo primero en esa lista de lo que queremos hacer por ellos, sin dudarlo, está en la transmisión de valores sólidos, que los hagan caminar firme y responsablemente por la vida, generando respeto y empatía hacia los demás, y conformando un talante que potencie ese respeto y empatía. Una generación capaz de resistir con resiliencia en las adversidades y de aprovechar los momentos favorables para seguir poniendo bases cada vez más sólidas a las próximas generaciones”, aseguró.
Finalmente, el arzobispo hizo un llamado “a la unidad, a la recuperación de nuestros más profundos valores republicanos -aquellos que hicieron grande nuestra patria- a dejar atrás todo encono y división y a mirar el futuro con esperanza y entusiasmo”. “Será la mejor contribución que podemos hacer para que la Argentina recupere su grandeza”, concluyó.+
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