La celebración tuvo lugar en la catedral Nuestra Señora de la Paz. En su homilía, monseñor Lugones dijo que los catequistas deben ser “orantes” y “más que formadores, testigos”, al tiempo que destacó que constituyen “el voluntariado más grande en la Iglesia”.
Además, recordó la intención de renovar, en las parroquias, la catequesis diocesana en pos de un “trayecto de animación de la pastoral de adolescentes”.
Al final de la misa, que fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Jorge Torres Carbonell, y el vicario general, presbítero Hugo Barrios, entre otros sacerdotes, se rezó la oración por las prioridades diocesanas.
El “envío catequístico” es la certificación que reciben los agentes de las parroquias, luego de formarse durante tres años en los Seminarios Catequísticos de la diócesis, para dar catequesis en las comunidades o ser líderes en las mismas a través de los grupos laicos y pastorales.
Como cada año, la celebración fue organizada por la Junta Diocesana de Catequesis, cuyo viceasesor es el presbítero Marcelo Portillo. La directora es la profesora Mabel García y la secretaria es Alejandra de Pompei.+
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