Un claro testimonio de esto nos lo muestra un acontecimiento histórico. El General José de San Martín puso bajo la protección de la Virgen del Carmen al Ejército de los Andes, y el 5 de enero de 1817 en la iglesia principal de Mendoza puso en las manos de la Madre de Dios el bastón de mando de su Ejército, y la nombró su Generala y Patrona, indicó en su columna semanal.
A esta bendita imagen un gran obispo conocido como El Buen Pastor de Cuyo, el Siervo de Dios de monseñor José Américo Orzali, le obsequió su cruz pectoral como signo de afecto y devoción, agregó, y señaló que en la Argentina hay unas cuantas parroquias y capillas bajo su protección.
El prelado sanjuanino afirmó que esta fiesta de la Orden del Carmelo y de toda la Iglesia nos ayuda a crecer en la confianza que tenemos en la Virgen María como Madre, mediadora ante Jesús.
A ella le rezamos por la fraternidad entre los pueblos que gracias a su intercesión fueron liberados por la campaña llevada adelante por el Ejército de los Andes. A ella le encomendamos a nuestras familias y amigos difuntos, precisó.
El papa Francisco nos enseña con belleza y ternura el lugar de María en este tiempo de la historia del mundo y la humanidad: María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido. Así como lloró con el corazón traspasado la muerte de Jesús, ahora se compadece del sufrimiento de los pobres crucificados y de las criaturas de este mundo arrasadas por el poder humano. Ella vive con Jesús completamente transfigurada, y todas las criaturas cantan su belleza.
Es la Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Elevada al cielo, es Madre y Reina de todo lo creado. En su cuerpo glorificado, junto con Cristo resucitado, parte de la creación alcanzó toda la plenitud de su hermosura. Ella no sólo guarda en su corazón toda la vida de Jesús, que conservaba cuidadosamente, sino que también comprende ahora el sentido de todas las cosas. Por eso podemos pedirle que nos ayude a mirar este mundo con ojos más sabios, completó citando al pontífice.+
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