Mons. Eduardo Martín a los educadores: “La palabra principal que nos convoca es ‘amar’”
Participaron del acto el gobernador de Santa Fe, Ingeniero Miguel Lifschitz, el arzobispo emérito de Rosario, monseñor Eduardo Mirás, el director de Asistencia Técnica para la Educación de Gestión Privada del Ministerio de Educación de la Nación, profesor Enrique Martín, la Intendenta de Rosario, licenciada Mónica Fein y el presidente del Consudec, presbítero José Alberto Álvarez. Además se hizo presente el director del Departamento de Teología de la Universidad de San Dámaso, de Madrid, presbítero doctor Javier María Prades López.
En su discurso de bienvenida, monseñor Martín destacó la importancia del encuentro, que se realiza de forma ininterrumpida desde hace más de 25 años, el compromiso y la lucha diaria de los educadores católicos, y deseó que esta nueva edición del curso “reavive la pasión de educar en todos”.
El arzobispo se refirió también a los “síntomas de disolución”, presentes en las instituciones educativas: deserción escolar, desinterés, individualismo, acoso escolar, violencia, drogadicción. Ante esta realidad, consideró necesaria “una educación que esté a la altura de la naturaleza del ser humano, a la medida de su corazón”.
“Sólo una educación que corresponda a la apertura del corazón podrá satisfacer el hambre y la sed de significado que nos embarga”, explicó el prelado, y en coincidencia con el papa Francisco, indicó que la raíz de la crisis está en la falta de apertura a la trascendencia.
Para nosotros los cristianos, decía el arzobispo, educar es hacerlo en la apertura al infinito en primer lugar, para que nuestros jóvenes puedan percibir en el encuentro con Cristo la satisfacción a sus preguntas y a la apertura a los demás como un don.
Como el lema del encuentro “El que ama educa”, lo indica, el arzobispo señaló que “la palabra principal que nos convoca es ‘amar’”, y recordó que “se educa todo el tiempo: los niños y los jóvenes nos miran todo el tiempo, ellos se dan cuenta de cómo estamos parados frente a la vida”.
Monseñor Martín mencionó también la libertad, que es atestiguada por la presencia educativa católica: “Tenemos una originalidad propia, un tesoro que hemos recibido, desde que Jesús nos dijo: ‘Vayan y enseñen’. De esta manera la Iglesia contribuye al bien común ya que educando buenos cristianos se educan buenos ciudadanos para ciudad terrena, y esta es una gran necesidad para nuestro país”, indicó.
Para finalizar, las palabras de Don Bosco: "Nunca olviden que hacen las veces de padres de nuestros amados jóvenes, miremos como hijos a aquellos sobre quienes ejercemos autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar. Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio de la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como conviene a unos padres de verdad."
El director de Asistencia Técnica para la Educación de Gestión Privada del Ministerio de Educación de la Nación, profesor Enrique Martín se dirigió al auditorio, transmitió el saludo del ministro de Educación de la Nación, licenciado Esteban Bullrich y manifestó la necesidad de que la educación tenga centralidad en las políticas públicas, y de que la educación no se reduzca a una transmisión de contenidos sino que constituya un camino creativo y constructivo entre docentes y alumnos.
La intendenta de Rosario, por su parte, destacó el servicio a la educación que año a año brinda el Curso de Rectores, y la labor de la Universidad Católica de Rosario, partícipe de la vida de la ciudad a través del Consejo Económico y Social y de los planes ambientales, que fortalece con su actuación la tarea educativa en la ciudad. Refiriéndose al lema del encuentro, señaló la importancia de movilizar la tarea educadora en la ciudad como transmisión de valores y reducción de las situaciones de violencia.
El gobernador de Santa Fe, ingeniero Miguel Lifschitz agradeció la elección de la ciudad de Rosario como sede del curso, y subrayó la importancia de que haya un debate en educación que apunte, a través del intercambio de experiencias, a los principales problemas educativos. Señaló también que “la educación es la única herramienta del cambio en una sociedad” y lamentó que no se le dé el lugar que debería, ya que sólo se la tiene en cuenta “cuando llegan las paritarias”. Para finalizar, agradeció a las instituciones de educación privada del arzobispado por su contribución al debate educativo plural y abierto, y recordó que “el centro de la educación son los niños y los jóvenes”.
El doctor en teología, presbítero Javier María Prades López, expresó su preocupación por la educación, que se ocupa de desallorrar competencias dejando de lado los valores. “Se educa para resolver problemas y no se enseña a plantearlos adecuadamente”, agregó.
“Los jóvenes están absorbidos por muchas cosas. La hiperactividad juvenil no contradice sino que confirma la carencia de deseo y de energía: sólo se dedican a consumir desenfrenadamente todo: cosas, personas, conductas, etc”, explicó. El desafío más profundo, indicó, “es interceptar, hacer aparecer, educar en el tiempo el deseo que tenemos escrito en el corazón”.
“Es necesario entonces, educar todas las estructuras y dimensiones de la persona. La escuela es sinónimo de apertura a la realidad nos decía el papa Francisco. Así como la realida tiene su energía, la razón está hecha para la realidad, así fue hecha por Dios. De esta manera, la educación es permanente, porque todos somos buscadores del bien para la vida”, detalló el presbítero Prades.
El 54º Curso de Rectores del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec) que reúne a la comunidad educativa católica de todo el país se está desarrollando en el campus de la sede rosarina de la Universidad Católica y finaliza mañana, viernes 10 de febrero.+
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