El Papa anticipa que expresará su cercanía con los refugiados en su viaje a Lesbos
“Iré con mi hermano el patriarca de Constantinopla, Bartolomé, y el arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Hieronymos, para expresar cercanía y solidaridad tanto a los refugiados como a los ciudadanos de Lesbos y a todo el pueblo griego”, anunció.
El Papa pidió luego a los peregrinos en la Plaza de San Pedro que lo acompañen con la oración, invocando “la luz y la fuerza del Espíritu Santo y la materna intercesión de la Virgen María”.
Durante la audiencia general en el Vaticano, el Santo Padre centró su catequesis en la narración evangélica de la llamada de Mateo, quien por ser publicano, es decir un recaudador de impuestos en nombre del imperio romano, “era considerado por los fariseos un pecador público”.
Jesús, en cambio, “invita a Mateo a seguirlo, y comparte su mesa con publicanos y pecadores, ofreciendo también a ellos la posibilidad de ser sus discípulos”, observó.
El Papa precisó que “con estos gestos, les indica que no mira a su pasado, a su condición social o a los convencionalismos exteriores, sino que los recibe con sencillez y les abre un futuro”. Esta actitud de Jesús –señaló– vale también para cada uno de nosotros: ser cristianos no nos hace impecables.
“La Iglesia no es una comunidad de perfectos, sino de discípulos en camino, que siguen al Señor porque se reconocen pecadores y necesitados de su perdón”, subrayó y agregó: “La vida cristiana es, pues, una escuela de humildad que se abre a la gracia, en la que se aprende a ver a nuestros hermanos a la luz del amor y de la misericordia del Padre”.
Francisco destacó también que reconforta contemplar a Jesús que no excluye a nadie, al afirmar: “Él es el buen médico que se compadece de nuestras enfermedades. No hay ninguna que él no pueda curar. Nos libra del miedo, de la muerte y del demonio”. Del mismo modo, aseveró que nos hace sus comensales, ofreciéndonos la salvación en la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía. Estas son las medicinas –concluyó– con las que el Divino Maestro nos nutre, nos transforma y nos redime.
A continuación, el Papa saludó a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. “Que el Señor Jesús nos alcance con la gracia de mirar siempre a los demás con benevolencia y a reconocerlos como invitados a la mesa del Señor, porque todos, sin excepción, tenemos necesidad de experimentar y de nutrirnos de su misericordia, que es fuente de la que brota nuestra salvación”, pidió.
Al finalizar la audiencia, el Santo Padre saludó también a los jóvenes, los enfermos y los recién casados, a quienes les deseó que el anuncio pascual continúe haciéndonos vivir el estupor de los discípulos de Emaús.+
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