Lo nuevos miembros del EPAP son: Bibiana Carena y Roxana Pereyra, de Las Varillas; Victoria Machado, de Devoto; Claudia Revellino, de Brinkmann; Lidia Castellino, de Miramar; y Leonardo Olivero, de Alicia.
Coordinador del Equipo es el presbítero Sergio Fernández, párroco de San Miguel Arcángel, de Alicia y de El Fortín.
Tras hacer memoria agradecida de tantos laicos, laicas y sacerdotes que fueron protagonistas activos a lo largo de 25 años de trabajo de la pastoral planificada, se desarrollaron otros temas en un clima de diálogo fraterno, lo cual permitió presentar el objetivo y la misión del EPAP en el marco de la pastoral orgánica en el nuevo escenario de la pastoral de la diócesis.
Asimismo, el nuevo equipo presentó el logo que identificará al grupo en esta nueva etapa de su servicio a las parroquias, movimientos, organismos diocesanos y colegios católicos.
Monseñor Buenanueva resaltó la importancia de que “el plan pastoral ayude a los laicos más comprometidos a vivir una experiencia personal con Jesús, que se alimenta con la oración, la lectura de la Palabra y el silencio para escuchar la voz de Jesús que como fuego nos llama y envía”.
Señaló, además, “que como sociedad nos cuesta pensar la vida desde un proyecto que se refleja en nuestra vida como Nación”, y añadió: “a los argentinos nos cuenta mucho planificar y pensar un proyecto común de país, y esto se refleja en la inestabilidad que tenemos como sociedad”.
“El pensar la pastoral desde un proyecto común en el que convergemos como diócesis en aspectos esenciales, es nuestro aporte, como Iglesia, a la maduración de la fe de los bautizados y a su compromiso como ciudadanos”, completó el obispo.
Los miembros del EPAP expresaron su alegría y compromiso por la tarea a la que fueron convocados y expresaron también los nuevos y constantes desafíos que la sociedad de hoy pone de manifiesto, lo que motiva la creatividad y la audacia en la pastoral ordinaria que cada uno lleva en sus parroquias.
Explicación de logo
-Dos manos, una encima de la otra: posición similar con la que nos acercamos a recibir la Eucaristía. Este gesto evoca la experiencia a la que servimos desde este equipo: la comunión. Este servicio pastoral, que se suma a tantos otros, tiene como primer objetivo favorecer la comunión. Creciendo en comunión, crecemos como familia, Iglesia diocesana.
-La tierra. Evoca la tierra fértil de la que nos habla la parábola del sembrador, en la que crece y da frutos la semilla de la palabra de Dios. Ella simboliza la tierra fértil que buscan ser nuestras comunidades parroquiales.
-El brote pequeño. Nos recuerda que la vida del Reino crece de a poco. Todo crece desde abajo. Una auténtica acción pastoral siempre es novedad. Semilla que hizo crecer Dios (1 Cor. 3,7). Así queremos manifestar que siempre la iniciativa es de Dios. Él siempre nos “primerea”.+
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