El primero recuerda el pasaje del Evangelio de Mateo (Mt 16, 18-19) cuando Jesús le dijo a Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.
El símbolo de la espada habla de la vida de San Pablo, quien antes de convertirse en un fiel seguidor de Jesús y morir en el martirio, fue perseguidor de los cristianos.
Además de las monedas, la Ciudad del Vaticano puso en circulación desde el 4 de mayo una emisión filatélica que también recuerda el martirio de los patronos de la Ciudad Eterna.
La edición filatélica de los 1.950 años del martirio es obra de la artista Daniela Fusco, quien incluyó los símbolos más representativos de los santos: en la imagen de San Pedro, con un valor de 0.95 euros, se incluye medio rostro del Apóstol bajo el cual están dos llaves paralelas, la que mira hacia abajo contiene el escudo de la Santa Sede, mientras la que mira hacia arriba tiene en su interior una cruz que describe cómo fue su martirio. También hay un gallo que recuerda las tres veces que San Pedro negó a Jesús, el cual también es símbolo de la fragilidad del ser humano y de la acción misericordiosa de Dios.
En el sello dedicado a San Pablo, con un valor de 1 euro, la artista representó al patrono romano de perfil, incluyendo dos símbolos: la espada, recordando su momento como perseguidor de los cristianos, y también la fuerza de la fe; y el libro, para evocar las numerosas cartas que escribió a los cristianos, que lo identifican como el “Doctor de las gentes”.
El martirio de los santos Pedro y Pablo ocurrió en Roma en el año 67. El primero fue crucificado de cabeza, y el segundo decapitado, honor que sólo se reservaba a los ciudadanos romanos que eran condenados a muerte. La iglesia en la Ciudad Eterna se cimienta en estos dos santos, “que desde siempre los venera como patrones. Ellos, anunciadores y testimonios del Evangelio entre la gente, sellaron con el martirio su misión de fe y de caridad”, señaló en una ocasión el papa Francisco.+
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