Mons. Fernández en Lourdes: “El regreso a la verdadera fuente, Cristo vivo”

La Plata (Buenos Aires) (AICA): “Este día no está referido sólo a la salud de los enfermos, que se sanan en el manantial de Lourdes, sino al regreso a la verdadera fuente, que es Cristo vivo, para sanar las heridas más profundas de nuestro ser y recibir nueva vida”, dijo el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, al presidir la Eucaristía de la fiesta patronal de la parroquia platense que lleva su advocación, el martes 11 de febrero.
En la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, martes 11 de febrero, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió la Eucaristía en la parroquia platense con su advocación, ubicada en las calles 19 y 38, acompañado por el párroco local, presbítero Gerardo Gallo.

En su homilía, el prelado reflexionó sobre el sentido espiritual del agua, haciendo un repaso por los momentos en que el agua es mencionada en las Sagradas Escrituras. "Dado que la advocación de la Virgen de Lourdes está muy asociada al manantial de agua que la Señora regaló a Santa Bernardita, es oportuno recordar el rico significado que tiene el agua en las Sagradas Escrituras”, comenzó diciendo el arzobispo platense.


Luego hizo mención al libro del profeta Ezequiel en el que el Señor prometió “un agua pura, que purificaría y renovaría los corazones. Allí mismo, se habla del manantial que brota del templo y que llena todo de vida a su alrededor”. Asimismo, “el profeta Isaías presenta al Señor como un manantial para su pueblo que no se agota, y en los Salmos el corazón humano aparece como un ciervo sediento en busca del agua”.

“En el libro del profeta Oseas Dios promete: ‘Yo seré como un rocío para Israel’”, rememoró monseñor Fernández, indicando que “la tradición judía se concentraba en este signo del agua en la fiesta de las chozas, donde se recordaba cómo el desierto árido se cubría de vida cuando llegaba el agua”.

Por eso, cuando en el Evangelio, Jesús dialogó con la samaritana y le dijo: “Si conocieras el don de Dios... tú me pedirías a mí y yo te daría agua viva”, “esto adquiere un precioso sentido”, afirmó, ya que “Él mismo se ofreció como manantial vivo”.

Seguidamente, al hacer referencia a la fiesta de la Virgen, dijo que Ella “nos ofrece un encuentro con ese manantial que es Cristo. Por eso la Virgen de Lourdes nos invita a la conversión, que es ante todo el encuentro con Cristo para dejarse renovar por Él. En Él se sacia nuestra sed más profunda”.

“Por eso este día no está referido sólo a la salud de los enfermos, que se sanan en el manantial de Lourdes, sino al regreso a la verdadera fuente, que es Cristo vivo, para sanar las heridas más profundas de nuestro ser y recibir nueva vida. Al mismo tiempo, esta fiesta nos llama a ser instrumentos del Señor para que su agua restauradora y vivificadora pueda llegar a los hermanos que más la necesitan", dijo al finalizar monseñor Fernández.+

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