En conversación con Radio Vaticana, Marta Irigoy, consagrada al servicio de la organización desde hace ocho años, contó con detalles la finalidad y los preparativos de la iniciativa, destacando que el proyecto es un fruto concreto del Año de la Misericordia, que propone “dar posada al peregrino” (en este caso al inmigrante), y de este modo “tender puentes entre la paz y la guerra).
La misión de Manos Abiertas se caracteriza, desde hace 25 años, por servir, promover y dignificar a los más necesitados, mejorando su calidad de vida y suavizando las situaciones de pobreza, dolor y carencias a través del trabajo voluntario.
Manos Abiertas nació por iniciativa de un grupo de laicos y del padre Ángel Rossi, sacerdote jesuita, al ver las necesidades de los vecinos de Villa de Mayo, una zona del Gran Buenos Aires. Poco a poco y con la ayuda de los voluntarios que integran el «cuerpo vivo» de esta organización, la labor de ayuda social fue creciendo hasta extenderse actualmente en nueve provincias del país.
Para quienes deseen colaborar y sumarse a esta misión, pueden visitar su página de internet.+
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