Fieles a esta tradición, el domingo 10 de abril se celebró en la arquidiócesis mendocina el Día del Seminario con algunos actos que tuvieron lugar en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Rosario.
En este marco se realizó una jornada de trabajo y oración con la participación de jóvenes de la arquidiócesis, algunos provenientes de las comunidades de origen de los seminaristas, otros, actuales compañeros del trabajo pastoral.
Los actos comenzaron con un momento de oración que culminó cuando el arzobispo de Mendoza, monseñor Carlos María Franzini, bendijo una imagen y una placa en recuerdo de Cristian Appugliese, seminarista que falleció en enero de este mismo año. La imagen se colocó en un lugar significativo del seminario.
Con el lema “Tuvo misericordia y me llamó”, se efectuaron tres actividades simultáneas, donde cada joven decidió en cuál participar a partir de sus gustos y búsquedas: una “lectio divina comunitaria”, una catequesis sobre la Misericordia con un posterior trabajo en grupo y un “tour” por el Seminario, explicando en qué consiste la formación y vocación sacerdotal.
Luego todos se congregaron en la capilla mayor donde compartieron un momento de adoración eucarística, y delante de la presencia viva de Jesús, buscaron responder a la pregunta que Jesús hizo ese domingo: “¿Me amas?”
Todo concluyó con la celebración de la Eucaristía, presidida por el rector del seminario, presbítero Diego Alejandro Resentera, quien en su homilía reflexionó sobre la vocación sacerdotal.
“San Agustín hablando de la Trinidad decía: ‘Ves la Trinidad si ves el amor’. Lo parafraseo y digo: ‘Ves una vocación sacerdotal si ves el amor’. Si miran a un sacerdote, si miran a un joven seminarista y quieren comprender el porqué de su vocación, piensen en el amor. Dejen atrás la imaginación novelesca de una historia de frustraciones o fugas, o desengaños amorosos. Es el amor de Dios el que nos cautiva y toca las fibras más íntimas de nuestra vocación. Hay un amor que nos atrae, nos empuja, nos envuelve, enamora y cautiva. En esa relación de amor vivimos el llamado a la vocación sacerdotal”.
“Queremos agradecer -dijo el presbítero Resentera- la participación de tantos jóvenes que se acercaron a nuestra casa a compartir este día tan significativo para nosotros. Como futuros sacerdotes es muy importante ir estrechando cada vez más los vínculos con las personas que el día de mañana buscaremos pastorear. Agradecemos tanto cariño y oración por nuestra casa. Sigamos rezando y pidamos al Dueño de la mies, más obreros para su cosecha.+
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