La puesta a disposición de la casa religiosa, donde también funciona el Centro Loyola, quedó formalizada mediante un convenio de cooperación con la Municipalidad de San Miguel.
“Ambas instituciones estamos trabajando juntas con el objetivo de ayudar a la comunidad a enfrentar este momento tan difícil que nos toca vivir”, destacaron los jesuitas en un comunicado y señalaron que en las actuales circunstancias del país y el mundo la consigna es: “Nos ayudamos entre todos”.
“Quedamos a disposición de los barrios aledaños que requieran de nuestra ayuda. Como obra de San Ignacio, consideramos necesaria nuestra colaboración e intervención”, explicaron.
Mediante este acuerdo, la casa de los jesuitas puso a disposición de las autoridades municipales unas 185 camas en habitaciones individuales con baño, distribuidas en dos alas diferentes del edificio.
Estas alas cuentan cada una con dos plantas, lo que permite distribuir el espacio en cuatro sectores independientes, algo fundamental para las distintas necesidades médicas.
Allí se podrán atender pacientes con patologías leves o asintomáticas, que deban permanecer internados.
Además, la Municipalidad equipó el lugar con una sala de shockroom, con tubos de oxígeno y monitores. Los jesuitas, por su parte, asistirán con personal de mantenimiento, cocina y portería, entre otros servicios.
En ese mismo predio funciona la Escuela Municipal de Enfermería, cuyos estudiantes avanzados brindarán apoyo y asistencia al equipo médico y de salud.
Fundado en 1931, el Colegio Máximo tiene el privilegio de haber sido casa del papa Francisco, como alumno y rector de la institución.
Tradicionalmente fue un espacio de formación para jóvenes jesuitas. Actualmente está dirigido por el padre Francisco Gismondi SJ y funciona como centro de convenciones, retiros espirituales y otras actividades.
Informes: www.centroloyola.com.ar.+
Publicar un comentario