La iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén cierra sus puertas por el coronavirus
La decisión de cerrar el lugar de culto cristiano, dispuesto por el momento durante una semana, fue comunicado durante una reunión entre representantes de la policía israelí y representantes de las Iglesias que comparten la gestión del Santo Sepulcro.
Durante el cierre, las comunidades que tradicionalmente residen dentro de la Basílica –donde permanecen incluso de noche-, continuarán celebrando las liturgias que marcan la jornada en el lugar de culto, y se asegurarán de que "las oraciones dentro de la basílica" continúen "con mayor intensidad”. “Rezaremos para pedir al Padre Celestial que ponga fin a la pandemia, por la curación de los enfermos, por la protección de los trabajadores de la salud, por la sabiduría de los pastores y gobernantes, por la salvación de los que perdieron la vida".
Así lo aseguran, en un comunicado publicado el jueves 26 de marzo, el Custodio de Tierra Santa, padre Francesco Patton, y los dos patriarcas de Jerusalén, el greco ortodoxo Theofilos III y el armenio apostólico Nourhan Manougian, que guían a los tres grupos eclesiales responsables de la gestión compartida del Santo Sepulcro, según las reglas codificadas del llamado "status quo".
En el mismo comunicado de prensa, se advierte que las celebraciones "continuarán regularmente", aunque para evitar el riesgo de propagar de la infección, el número de participantes en cada rito individual "se limitará a unas pocas personas", autorizadas para ingresar a la basílica solo durante las liturgias.
En Israel hay más de dos mil contagiados y ya se han dado algunas muertes por coronavirus, mientras que miles de personas se encuentran en confinamiento aislados.
El pasado 21 de marzo, en un comunicado conjunto precedente, los mismos jefes de las realidades eclesiales que comparten la gestión del Santo Sepulcro, confirmaron su intención de proteger el tesoro del flujo ininterrumpido de oraciones que se elevan al cielo desde la Basílica de Jerusalén, "también en estos tristes momentos en que los peregrinos no pueden llegar a Jerusalén y los fieles locales se ven obligados a quedarse en sus hogares".
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