Murió Praxíteles Broussalis, dirigente católico, impulsor de la canonización de Shaw
Shaw, fallecido a los 41 años en 1962, padre de nueve hijos, fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), tenía fama de santidad de vida. Quienes lo conocieron conversaban durante varios años sobre qué hacer para promover su reconocimiento por la Iglesia, pero recién en marzo de 1996 comenzaron una serie de reuniones cuyos primeros participantes fueron Hernando Campos Menéndez, Praxíteles Broussalis y Juan Cavo, a quienes luego se sumaron Ignacio Llorente, Recaredo Vázquez y Fernando Braconi.
Comenzaron por obtener testimonios escritos; ya por entonces existía el libro “Enrique Shaw y su circunstancia” (1984), de Ambrosio Romero Carranza, destacado jurista y dirigente católico que había contado con escritos y documentos facilitados por la esposa de Shaw, Cecilia Bunge.
El grupo en el que participaba Broussalis desde un principio trabajó en forma prudente y con un perfil muy bajo. Entre ellos se tenía la convicción, a raíz de los testimonios recogidos, de que Enrique había sido un cristiano extraordinario y ejemplar y que tenía niveles propios de la santidad.
En el Foro Almuerzo de ACDE del 12 de septiembre de 1996, monseñor Jorge Mejía, que vino de Roma donde era archivista y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia, instó públicamente a la institución fundada por Shaw a promover su causa de canonización. El mismo monseñor Mejía –que sería creado cardenal en 2001- había asistido como amigo y sacerdote a Enrique durante el período final de su vida.
A partir de ese momento se creó en ACDE la "Comisión Enrique Shaw". Y el 27 de mayo de 1997 ACDE solicitó formalmente ser considerada como actor de la causa. El 13 de octubre de 1999 el entonces arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Mario Bergoglio, dio el visto bueno al postulador designado por ACDE, Juan Cavo.
El proceso siguió adelante con distintos pasos y en 2005 se abrió formalmente en Buenos Aires la causa de beatificación, pero en sus comienzos Broussalis tuvo una decidida participación.
Nacido en Buenos Aires el 18 de febrero de 1922, Praxíteles Broussalis estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires y obtuvo en la Universidad de Buenos Aires los títulos de procurador, escribano y abogado. Esta última fue la profesión que ejerció a lo largo de su vida. Perteneció a la Corporación de Abogados Católicos.
Fue terciario franciscano y miembro del Movimiento Serra de Buenos Aires, que promovía las vocaciones sacerdotales. Fue asimismo miembro fundador del Movimiento Serra de San Isidro.
Fue miembro de número de la Academia del Plata, invitado en 1966 por el padre Ismael Quiles SJ, siendo presidente de la entidad Manuel A. Portela Ramírez. Integró la comisión directiva de esa academia surgida en 1878 en conexión con el colegio del Salvador.
Broussalis era hermano renovante (con derecho a voz y voto) de la Archicofradía del Santísimo Sacramento de la Catedral Metropolitana, entidad fundada en 1633, y solía participar con la esclavina morada de esa comunidad en las celebraciones en la Catedral. Fue también caballero de la Orden del Santo Sepulcro.
Casado con María Teresa Colls, fallecida en 1976, tuvo cuatro hijos y fue abuelo de dos nietos.
Alto, erguido, de porte elegante, fue también buen deportista, habiendo sido campeón nacional de esgrima, disciplina que desplegó en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) y en el Jockey Club de esta ciudad.
Broussalis fue también una persona atenta a los problemas ciudadanos. Teniendo residencia de verano en Pinamar –ciudad balnearia íntimamente ligada a la familia Shaw ya que el suegro de Enrique, el arquitecto Jorge Bunge, fue el fundador-, el doctor Broussalis convocó en 2003 a los partidos políticos para suscribir un convenio para evitar las pintadas en los frentes de las casas, lo que luego originó la ordenanza 2977/3, con disposiciones al respecto. Sobre la base de esa ordenanza, y el incumplimiento de algunas cláusulas, la organización no gubernamental Conciencia promovió luego una campaña titulada “Si me pintás, no te voto”. No fue esa su única inquietud: Broussalis permaneció siempre atento a problemas públicos en Pinamar, e intervino activamente para procurar resolverlos, haciendo tomar conciencia a través de los medios de comunicación.
En todo su accionar, manifestó su responsabilidad ciudadana y dio claro testimonio de su fe católica.+
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