“Sólo la alegría es capaz de acabar con el miedo”, afirmó el Provincial de los Mercedarios
Esperando que sus palabras “sirvan de aliento y fortalezcan a la vez nuestro espíritu” en esta situación en la que quizá estemos teniendo “sensaciones, sentimientos, pensamientos que nos es difícil conjugar cuando el miedo es el principio rector”, fray Guzzo invitó a centrar nuestra vida en el amor y la misericordia.
Este domingo pasado (cuarto domingo de Cuaresma), “fue el domingo de esa sutil pero inclaudicable alegría que los cristianos sentimos porque sabemos, que después de la pasión y la muerte de Jesús, tendremos la Buena Nueva de la Resurrección”, expresó el Provincial.
En ese sentido, recordó que el fundador de los Mercedarios, San Pedro Nolasco, comenzó su misión en el Hospital de Santa Eulalia, “un hospital que no era sólo para curar heridas físicas sino también para curar las heridas de la mente y el espíritu” y motivados por el papa Francisco, animó a salir hoy como Iglesia “Hospital de campaña” a las periferias del mundo.
“Y el mundo de repente… se transformó en un hospital” reconoció, donde “sólo la solidaridad, la compasión y la misericordia son capaces de vencer lo que ningún ejército o poder político puede hacer por sí solo”, actitudes que “son agentes de trasformación activa de la sociedad”.
En su mensaje, pidió que recemos unos por otros y se mostró agradecido por lo que cada uno hace en el lugar que se encuentre, refiriéndose especialmente a los frailes que tienen responsabilidad en las decisiones de cada convento y a los hermanos extranjeros que hoy colaboran en las comunidades Mercedarias y están lejos de sus familias. También reconoció y agradeció la compañía y compromiso de mujeres consagradas, y a las laicas y laicos “que ponen y exponen su vida para extender el abrazo misericordioso de Dios, hecho Merced para los más vulnerables”.
Por último, invitó a que este 25 de marzo, día en que celebramos la Anunciación del Señor a María, “llevemos a todos la Buena Noticia porque el Señor ha escuchado el clamor de su pueblo y nos ha traído la Salvación”. Por eso, pidió que ese día nos unamos en oración y en cualquier momento del día y después de leer el texto de Lc 1, 26 al 38 recemos a Nuestra Madre el Ángelus o tres Ave María encendiendo en lo posible una luz como signo de nuestro compromiso de ser como ella portadores de esperanza.+
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