Mons. Aguer: Buenas noticias en tiempos difíciles
“Claves para un Mundo Mejor" ya cumplió 30 años en la televisión argentina. Estamos en la temporada 31, y digo estamos porque yo también hace mucho tiempo que estoy en este programa”, comenzó diciendo monseñor Aguer al iniciar su habitual columna editorial en este programa televisivo de los sábados a las 9.
“Como sabemos “Claves” es un programa de buenas noticias. ¡Cómo nos hacen falta las buenas noticias!", exclamó. "Porque los noticieros de televisión, de radio, el diario, las revistas, nos agobian con malas noticias. Son malas noticias que ciertamente corresponden a una realidad, pero no puede uno todo el tiempo estar intoxicándose con que mataron a este, que violaron a la otra, que raptaron a un chico, que robaron esto o aquello, y ahora la pandemia del coronavirus. Hay que enterarse de eso y obrar en consecuencia pero necesitamos también saber que hay cosas buenas, muchas cosas buenas, mensajes que construyen”.
“Tanto en el mundo, en general, como también en la Iglesia pasan y “Claves” refleja, un poco, las dos cosas. En la Iglesia también hay cosas espantosas, es cierto, porque está formada por santos y pecadores pero hay cosas magníficas y hay muchos santos en ella y mucha gente que hace el bien. Y fuera de la Iglesia también y “Claves” refleja, me parece a mí, un poco eso y entonces da un cierto alivio a esa inclinación pesimista que tenemos muchas veces”.
“¿No se sienten, ustedes, muchas veces agobiados por las malas noticias? Sí, son reales, pero son malas noticias y, ahí está la cuestión, no es eso sólo lo que existe”.
“Vale todo lo que dije pero, no obstante, quiero poner una cautela: cuidado con el “buenismo”. “Claves” nos presenta buenas noticias pero no crean que todo es así. Tito Garabal y el equipo eligen muy bien, cuidadosamente, pero no todo es buena noticia. Por eso cuidado con el “buenismo” y darnos cuenta de que el mal existe, de que el mal nos asedia y nos acecha. Por eso mismo debemos cuidarnos y, además, tenemos que rezar por los que sufren el mal y por los que lo hacen”.
“Todo eso que vemos a veces tan espantoso tiene que movernos a la misericordia y a la compasión, a estar con el corazón cerca de ellos. Hacerse cargo, entonces, de que las cosas no son ni tan malas ni tan buenas, sino que está todo mezclado en el mundo y en la Iglesia también y por eso así como reconocemos lo malo reconozcamos también lo bueno”.
“Por supuesto que esto de reconocer lo bueno, advertir que hay mucha gente buena, nos da un cierto alivio y nos incita también a nosotros. ¡Hagamos algo también nosotros para vivir en serio nuestro cristianismo! Me parece que esta reflexión de hoy está también de acuerdo con este período de Cuaresma para que en este período de 40 días, en los que nos preparamos para la Semana Santa, podamos disponer lo mejor posible nuestro corazón para que la Pascua sea, por qué no, decisiva en nuestra vida”.+
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