Los fieles llegaron desde muy temprano al templo mayor de la capital bonaerense para expresar afecto y gratitud ante el corazón del Padre Pío, y pedir su intercesión ante Dios.
La misa fue presidida por el obispo auxiliar de La Plata, monseñor Nicolás Baisi; y concelebrada por el provicario general de la arquidiócesis, monseñor Rodolfo O' Neill; fray Carlos María Laborde, OFMCap, padre guardián de San Giovanni Rotondo; y una docena de sacerdotes del clero secular y religioso. Asimismo, numerosos presbíteros atendieron durante varias horas las confesiones de centenares de fieles; que formaron extensas filas para acceder al sacramento.
Poco antes de la bendición final, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, dio "gracias a Dios por haber tenido en nuestra arquidiócesis el corazón de San Pío de Pietrelcina. Venerar una reliquia es darle gracias al Señor por el regalo de los santos en la Iglesia. Este corazón debe hacernos crecer en el amor al Sagrado Corazón de Jesús. Precisamente, la más famosa imagen del Corazón del Señor lo muestra con él en su mano izquierda, señalado con la mano derecha, como ardiente hoguera de caridad".
En su mensaje, el prelado agregó que "ante este corazón debemos pedirle al Señor que haga nuestro corazón semejante al suyo. Y que crezcamos día a día en la caridad. Hace falta mucha caridad en nuestro país, para superar las persistentes discordias. También, por cierto, necesitamos crecer en caridad en la Iglesia; para que nuestro testimonio sea cada vez más creíble", concluyó.
Voces de gratitud y compromiso
Consultados por la prensa, a la salida del templo numerosos fieles dieron sus impresiones sobre lo vivido. Una anciana en silla de ruedas manifestó sentirse conmovida "por este regalo maravilloso que nos hizo el Señor, en esta mañana. Conocí al Padre Pío estando ya con esta enfermedad; y siempre fue para mí una fuente de profundo consuelo. Él, con su dolor asociado al de Cristo en la Cruz, me mostró el sentido cristiano del sufrimiento".
Rita, que fue con su esposo Oscar y con sus cinco hijos, dijo que "lo de hoy es inolvidable. Ver fieles de todas las edades y condición acercarse a los sacramentos fue maravilloso. Mis niños están fascinados; y pudieron ver con qué piedad otros niños como ellos participaron de esta jornada".
Una joven venezolana, llegada hace pocos días a la Argentina por la dramática situación que vive su país, explicó: "Hoy he vuelto a la Iglesia después de mucho tiempo. Lo que sufrimos como pueblo me había alejado de la práctica religiosa. Por intercesión del Padre Pío hoy Dios me mostró que lo sucede no es culpa de Él, sino del pecado del hombre. Él es la cura de todos los males; por eso, el demonio, padre de la mentira, lo primero que busca en nuestro sufrimiento es alejarnos del Señor".
Mario, un obrero de Astillero Río Santiago, visiblemente emocionado, reveló que "para poder venir, tuve que solicitar un día de mis vacaciones. Y lo hice con muchísimo gusto. Solo Dios sabe cómo me ayudó el Padre Pío en horas bien dramáticas. Era pues, un deber de conciencia. Es de hijos bien nacidos ser siempre agradecidos".+
Publicar un comentario