Tras citar el texto evangélico: “Yo soy la vid, dice, ustedes los sarmientos. El que permanece en Mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de Mí, nada pueden hacer”, explicó que “no se trata solo de una doctrina que debemos conocer sino de un encuentro que nos comunica su vida y está llamado a prolongarse en el tiempo”.
“Este encuentro forma parte de la doctrina que Él nos enseña, pero sin esta comunión de vida la doctrina carece de lo principal, puede quedar como una letra muerta”, advirtió en su alocución semanal.
El prelado consideró que “la pregunta que nos debemos hacer es ¿dónde me encuentro hoy con Jesucristo?, o también, ¿cómo mantengo viva esa relación con Él?”.
El arzobispo santafesino afirmó que la imagen de “la vid y los sarmientos tiene en san Juan un profundo sentido sacramental” y hasta se puede decir que “su evangelio es el fundamento litúrgico de la vida de una comunidad”.
“Este permanecer con el Señor se inicia en la fe, se alimenta en su Palabra y se lo celebra en la Eucaristía. Hay una relación profunda entre fe, Palabra y Eucaristía”, sostuvo, y añadió: “•la misa no es reunión social sino celebrar en comunidad la presencia actual de Jesucristo, en la que nos comunica su vida”.
“Por ello, podemos decir, que una fe que no se celebra, que no hace memoria de lo que cree, termina quedando en una doctrina que va perdiendo esa savia que nos une a la vid, a Jesucristo. Cuando creemos en esto y vemos que la participación en la misa dominical disminuye, es una señal que nos debe preocupar. Hay un esfuerzo muy grande en la catequesis que busca, precisamente, iniciar a la familia y al hijo, en la vida de una comunidad que celebra su fe”, concluyó.+
Publicar un comentario