En este contexto, el Papa expresa: “El Samaritano se comporta con verdadera misericordia, cura las heridas de aquel hombre y se encarga personalmente de su cuidado”, expresa el pontífice, subrayando que todo esto nos enseña que la compasión no es un sentimiento abstracto, sino un acercamiento concreto hacia el otro hasta lograr ensimismarse con él.
Por otra parte, el Papa resalta que Jesús, también hoy repite a cada uno de nosotros: “Ve y haz tú lo mismo”, un testimonio que la Iglesia lleva adelante con la misión de que nadie sea privado de la luz ni de la fuerza del Evangelio.
Por último, el sucesor de Pedro se despide invocando al Espíritu Santo para que derrame abundantes dones que contribuyan al fructuoso discernimiento de este movimiento, y pidiendo asimismo la intercesión de la Virgen María, imparte de corazón su bendición apostólica expresando su petición de que recen por su ministerio petrino.+
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