El clero de Mercedes-Luján animó a “caminar llenos de esperanza y con inmensa solidaridad”
Reunidos en Consejo Presbiteral, junto al arzobispo, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, los sacerdotes de Mercedes-Luján expresaron: “En este tiempo de Cuaresma en el que caminamos hacia la Pascua del Señor, el mundo entero se enfrenta a un desafío inesperado y de dimensiones desconocidas. Sabemos que junto con la enfermedad tendremos que enfrentar también serios desafíos sociales, económicos, laborales y los que se vayan presentando día a día”.
Pero “lejos de dejarnos atrapar por el miedo y el pánico que siempre nos paralizan”, invitamos a todas las personas:
● A no desesperar; por el contrario, creer y transmitir esperanza y confianza, porque sabemos que Dios es bueno, nos ama entrañablemente y nos acompaña siempre, en las buenas y en las malas. Su misericordia no tiene límites y Él irá inspirando a los médicos, a los líderes y a todo el mundo a encontrar una salida al mal que nos aqueja.
● A ser inmensamente solidarios, esto es, por un lado, obedecer con responsabilidad a las indicaciones que nos dan las autoridades civiles; y por otro, a dar una mano al que lo necesita. Seguramente transitaremos un largo período, especialmente en la etapa invernal; por lo tanto, sería de vital importancia acompañar a los que sí o sí deben estar en sus casas como son los grupos de riesgo y las personas mayores. Podríamos organizarnos como comunidad, o como vecinos a estar atentos si necesitan un mandado, o hacer algún trámite, especialmente con aquellos que viven solos.
“Sugerimos rezar en comunión diocesana la oración que el papa Francisco hizo a la Virgen para este momento difícil. Confiamos en la poderosa intercesión de María que, en nuestra arquidiócesis, tiene dos nombres muy significativos: Nuestra Señora de las Mercedes y Nuestra Señora de Luján. Que ella, como Madre, nos cuide todos los días que vendrán”.
Medidas ante la pandemia
Mediante un decreto, el arzobispo de Mercedes-Luján comunicó medidas extraordinarias por la pandemia y la emergencia sanitaria. Entre ellas, se dispuso que la Eucaristía se celebre sin participación de fieles, continuando asimismo con la dispensa del precepto dominical; que los sacerdotes procuren la transmisión de las celebraciones por los medios de comunicación; que los sacerdotes permanezcan en las parroquias para garantizar el acompañamiento pastoral y sobre todo la asistencia de los más necesitados.
Por otra parte, mientras la autoridad civil o sanitaria lo permita, los templos permanecerán abiertos para actos de piedad y oración individual. De lo contrario, se dispondrá de una imagen en la puerta de los templos para su veneración. De este punto, como ya fue informado, se excluye la basílica Nuestra Señora de Luján, que permanecerá cerrada.
Por otra parte, las celebraciones ya comprometidas de bautismos, matrimonios y demás, quedarán sujetas a las disposiciones de las autoridades civiles y sanitarias, y en caso de realizarlas será con mínima asistencia de público. En tanto las celebraciones exequiales tendrán en cuenta las precauciones y disposiciones civiles y sanitarias.
Quedan suspendidas las actividades parroquiales como encuentros, actos penitenciales, viacrucis, retiros, talleres y procesiones. Los colegios y centros educativos católicos, por su parte, deberán asumir las indicaciones y protocolos de las autoridades correspondientes.
Finalmente, el arzobispo exhortó al fiel cumplimiento de las disposiciones y a profundizar en la oración y en los vínculos familiares, teniendo muy presente a María.+
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