Mons. Lozano: “Vivir la fe en tiempos de cuarentena”
“En muchos momentos de la historia hubo situaciones de prueba y sufrimiento, y jamás faltó la asistencia del Espíritu Santo”, recordó en su columna semanal.
El prelado consideró que ante nuevas situaciones hay que “buscar nuevos modos de vivir la fe” y afirmó: “Expresar el dolor y el desconcierto nos hace bien, pero estamos llamados a buscar respuestas superadoras”.
“Desarrollemos la creatividad y acudamos a los medios digitales”, sugirió, y precisó: “Podemos participar de la misa por televisión todos los días. En el canal 4 y su página digital de lunes a sábado a las 11 y a las 17, y los domingos a las 12 y a las 17. También se puede seguir por Facebook del arzobispado de San Juan”.
“Hay varios sitios en Internet que nos ayudan a rezar, a meditar la Palabra, a cantar”, agregó.
El arzobispo sanjuanino señaló que “en las parroquias los sacerdotes celebran todos los días la misa en privado, y tienen en cuenta las intenciones que la gente solicita” y propuso: “Podés llamar por teléfono a la secretaría de la parroquia y encargar la misa por tus intenciones, o pasar un papel por debajo de la puerta. También podés acercar tu colaboración económica para el sostenimiento de la Iglesia”.
“Muchas comunidades para su funcionamiento dependen de las colectas de las misas del fin de semana, los bautismos, las intenciones que solicitan los fieles, y esta situación les dificulta su mantenimiento económico”, añadió.
Monseñor Lozano reconoció que “un desafío importante estará en los vínculos familiares. Estar todo el día juntos, sobre todo si el espacio es reducido, puede generar fricciones, desencuentros, aburrimiento en niños y adolescentes. Es muy importante que cada uno ponga lo mejor de sí. Todavía faltan muchos días para que podamos retomar nuestro ritmo habitual de vida”.
“Una atención particular debemos prestar a los más pobres -planteó-. En muchos hogares se vive del día a día en las changas y los ingresos cotidianos. Estar dos semanas en cuarentena significa afrontar esos días sin ingresos para la comida. Además, sus viviendas suelen ser precarias y de reducidas dimensiones, con lo cual el quedar en casa se hace casi imposible. Recemos por ellos y no cerremos el corazón”.
“Si confiamos en Dios, podremos transformar la crisis en un tiempo de gracia”, concluyó.+
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