En un mensaje con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el papa Francisco, el prelado afirmó: “Tal como decimos en nuestro Plan Pastoral Arquidiocesano, aunque no siempre esté a nuestro alcance la solución de todos los problemas de los pobres, siempre estamos llamados a estar cerca de los abandonados de la sociedad, a proclamarles la ternura y el amor de Dios con el testimonio de nuestra propia vida”.
“Recordemos que la atención a los pobres es una gloria de la Iglesia, un signo que aun la sociedad secularizada reconoce y valora. Una Iglesia lejana de los pobres se vuelve opaca, poco creíble, porque no refleja el amor de Jesucristo por los últimos”, advirtió.
El arzobispo platense aclaró que no se sirve a los hermanos necesitados desde “una ideología, una obsesión, por una ideología política, por propaganda o temporalismos. Lo hacemos desde la fe e iluminados por el Evangelio de Jesús”.
“Muchos santos y santas se ocuparon y preocuparon por los desvalidos: San Francisco de Asís, San Vicente de Paúl, Santa Teresa de Calcuta, la Beata Ludovica y tantísimos otros que están en el anonimato. ¡Cuántos hermanos y hermanas en la diócesis se ocupan todos los días de los pobres en silencio y sin bandera!”, destacó.
“Aunque numerosos miembros de la Iglesia muchas veces se olvidaron de los más pobres, otros lucharon por sus derechos”, subrayó, y citó algunos pioneros de esta opción en Latinoamérica: Fray Antonio Montesinos, Santo Toribio de Mogrovejo, Fray Juan de Zumárraga y San Pedro Claver, entre otros.
Tras asegurar que “la codicia de algunos conduce al descarte de una multitud”, exclamó: “¡Qué inmensa es la cantidad de hermanos nuestros abandonados, en situación de calle, olvidados!”
Asimismo, puso como ejemplos “maternales” de la beata Mama Antula y la beata Ludovica y, en ellos, agradeció especialmente a “las madres del corazón que hacen tanto por los demás”.
Monseñor Fernández también destacó que “en la escucha atenta de Dios y del Pueblo se destacaron el Cura Brochero y monseñor Enrique Angelelli” y señaló algunos nombres que en la historia de la Iglesia platense han trabajado mucho en favor de los pobres: “Mons. Enrique Rau, promotor de la Juventud Obrera Católica; Mons. Roberto Lodigiani, organizador de Cáritas, uno de los primeros núcleos en la región; el padre Carlos Cajade, que acompañó a niños y jóvenes huérfanos y desamparados; el padre Pascual Ruberto en Berisso; Ramón Tau o José Catogio, que sostenían hogares para estudiantes pobres; Fernanda Soler y Lelia Robin, promotoras de la campaña mundial contra el hambre; Ana Gamboa, que caminaba los barrios cerca de los últimos; o Luis María Sisto, fundador del Banco Alimentario de La Plata”.
“Espero que vos, que leés esta carta, te puedas agregar a esa lista de gente sensible y generosa, que refleje ante los últimos de la sociedad el rostro amable y cercano de Jesucristo”, concluyó.+
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