La ceremonia contó con la presencia del presidente de la República de Armenia, Serzh Sargsyan; su santidad Karekin II, patriarca supremo y catholicós de todos los armenios y su santidad Aram I, catholicós de la Iglesia Armenia apostólica de Cilicia; el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos.
Durante la ceremonia, el papa recitó las plegarias en italiano, Aram I en inglés, Karekin II en armenio. Tras la lectura del Evangelio se descubrió la estatua de bronce y se leyeron la meditación de San Gregorio y la plegaria de intercesión.
La obra del escultor armenio David Erevantsi se realizó en una fundición de la República Checa gracias a la ayuda del embajador armenio ante la Santa Sede, Mikayel Minasyan y de Arthur Dzhanibekyan.
De esta escultura, se realizaron dos copias, una para los Jardines Vaticanos y la otra destinada a los Jardines de Etchmianzin. De este modo, el arte se convierte en un mensaje de hermandad capaz de unir Iglesias hermanas.
San Gregorio de Narek
San Gregorio de Narek fue un monje, poeta, teólogo, filósofo, místico y santo (951-1010). Es considerado como una figura central, casi heroica, de la historia de Armenia por haber modelado el pensamiento oriental cristiano.
Siendo pequeño, entro en un monasterio donde recibió una rica formación del ilustre Ananías, que le permitió leer todas las grandes obras patrísticas, sea griegas como orientales, y de nutrir su meditación cotidiana con un inmenso tesoro de lecturas espirituales. Pasó gran parte de su vida en el recogimiento, orando, enseñando, contemplando la naturaleza. Sus estudios lo llevaron a reelaborar la tradición recibida con un lenguaje poético entre los más altos de la historia cristiana.
La obra más conocida de San Gregorio de Narek es el Libro de las Lamentaciones, una colección de 95 oraciones en forma poética, una de las mayores obras de arte de la poesía y de la mística de todos los tiempos en los que narra la aventura espiritual del alma de un hombre con sus miedos, aspiraciones y la insaciable hambre de Dios.
El papa Francisco lo elevó a la dignidad de doctor de la Iglesia Universal el 12 de abril de 2015.+
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