El obispo llegó acompañado por dos sacerdotes y algunos seminaristas para encontrarse con el personal y los internos. Luego de un momento de diálogo con el director de la Unidad, prefecto Pablo Romero y con otras autoridades del penal, el obispo se encontró con los internos en la capilla del establecimiento.
Mientras los sacerdotes escuchaban confesiones, el obispo saludó a los presentes y presidió la misa. En la homilía, siguiendo el Evangelio de los discípulos de Emaús, les habló de dejarse iluminar y sanar por la gracia que Cristo nos dio en la Cruz. Animó a pensar en lo que Dios espera de cada uno. Por otra parte le recordó la alegría de la Resurrección, que llena de esperanza y cómo debemos cuidarla con los medios que ofrece la Iglesia, como la vida de oración y los sacramentos.
Al final de la misa los alentó a superar el sufrimiento que les supone la lejanía de los seres queridos en estas fiestas, viviéndolas muy cerca de quien más felices los puede hacer, que es Dios Nuestro Señor. El obispo quiso escuchar a los presentes, darles algunos consejos y les entregó algunos rosarios y otras imágenes.
El personal directivo, por su parte, agradeció la presencia de monseñor Barbaro y de los otros miembros de la Iglesia que ayudará a todos a prestar una ayuda adecuada en la contención y recuperación de los internos desde el aspecto espiritual.+
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