El prelado destacó que la resurrección nos trae paz y nos ayuda a comprender las Escrituras. Por eso, invitó a “comunicar la alegría de la resurrección a los hermanos” y ser “testimonios vivientes de lo que hemos visto y oído”.
¡La paz esté con ustedes!
“Jesús saluda a los discípulos con el don mesiánico de la paz: el ‘Shalom’ hebreo, la paz. No se trata de un simple saludo exterior, sino que implica realmente la actualización y la permanencia de la paz en la vida de todos y cada uno de los destinatarios del saludo”, explicó el obispo. “En perspectiva bíblica la paz no solo es ausencia de conflicto o de guerra, incluye también la alegría, el bienestar, la serenidad, la armonía, la unión, la armonía, la reconciliación. En definitiva, todos los bienes del Reino de Dios”, aseguró.
Asimismo, el prelado señaló que “la paz de Dios es el fruto precioso de la Pascua”, porque “el misterio pascual, la muerte y resurrección del Señor, traen paz al corazón del discípulo que se abre a Dios”.
Comprender las Escrituras
“Jesús resucitado también les abre la inteligencia para que puedan comprender las Escrituras”, agregó monseñor Mestre. “No se trata, al menos en un primer nivel, de un comprender conceptualmente la Biblia. La expresión es más profunda. Posee un sentido más vital: captar realmente el sentido de la Palabra de Dios para la vida de todos y cada uno”, agregó.
El obispo detalló: “Podríamos hablar de una comprensión vital de las Escrituras. Dejar que la Biblia leída y orada en la fe de la Iglesia sea fuente de espiritualidad para nuestra vida personal y comunitaria”. Y expresó que “comprende las Escrituras quien descubre que Cristo resucitado está hablando en sus textos para tener vida en abundancia”.
Ser testigos de la resurrección
Finalmente, el prelado mostró que el texto “nos recuerda cuál es nuestra misión en función de la resurrección de Cristo: ser testigos”, y que “la palabra testigo en griego es ‘martur’, es decir, mártir en español”.
“El testigo es el que testimonia con su vida aquello que atestigua”, enseñó. “Ser testigo (mártir) de la resurrección de Cristo es dar testimonio con la vida de que el Señor realmente ha resucitado”, continuó. “Una vez más –dijo el obispo- se nos invita a comunicar la alegría de la resurrección a los hermanos siendo verdaderos testigos, testimonios vivientes de lo que hemos visto y oído”.
Monseñor Mestre destacó que el papa Francisco nos recuerda constantemente la importancia del testimonio cristiano, la capacidad de ser testigos de Cristo. Y citando la exhortación apostólica ‘Gaudete et exsultate’ concluyó: “Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra”. +
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